Henri Désiré Landru
Nació el 12 de abril de 1869 en Francia, en el seno de una modesta familia obrera parisina. Su padre, hombre recto y religioso, trabajaba como fogonero en una fundición industrial mientras que su madre era costurera. El pequeño Henri demostró ser un gran estudiante, con grandes ambiciones.
En 1889, se vio forzado a casarse con su prima hermana Marie Reny a causa de un embarazo no deseado. Tuvo cuatro hijos con ella y durante esa época, trató de ganarse la vida como vigilante de garaje y administrativo, pero el afán de lograr un nivel de vida más alto lo llevó a la delincuencia.
Su padre se ahorcó en un árbol del Bois de Boulogne, avergonzado por el encarcelamiento de su hijo debido a delitos menores cometidos entre 1902 y 1914.
Siempre intentaba hacer crecer su fortuna. A principios del S. XX trabajó como vendedor de coches de ocasión, por aquel entonces negocio floreciente. Muchas mujeres quedaban viudas a causa de la 1ª guerra mundial, cosa que supo aprovechar Henri. A el le gustaba vivir lleno de comodidades y las comisiones por la venta de coches no eran suficientes.
Fue entonces cuando concibió una idea. Entre sus clientes habían muchas viudas que al tener un gran patrimonio se compraban un coche para estar a la moda y pasear por la floreciente París. Pensó que si seducía a alguna de estas viudas pasaría a ser un personaje importante y rico. Empezó a urdir la estrategia y empezó a mandar anuncios a los periódicos ofreciéndose como amante que necesitaba cariño.
Una tarde de 1909, Landru acudió a la cita de una viuda llamada Madame Izoret, quien en un anuncio de prensa ofrecía su patrimonio a cambio de un esposo que le hiciera compañía. El estafador se presentó en su casa y le ofreció compañía a base de promesas vanas para luego llevarse 20.000 francos. A cambio la viuda recibió papeles falsos, patrimonios inexistentes, cheques falsamente avalados.
En consecuencia se detuvo a Landru y se le sentenció a 3 años de cárcel, en los que se repetía a si mismo que le habían cogido por que la viuda había quedado con vida para contarlo.
En 1914, Landru escapa de una condena de varios años por el último de sus fraudes. La escasez de pruebas, sus diferentes personalidades y el estallido de la Gran Guerra favorecieron su huida.
La Primera Guerra Mundial le proporcionó a Landru la oportunidad de refinar su talento de consolador de jóvenes viudas.
Salido de la prisión lo hizo con las ideas reforzadas. En 1914 consiguió una nueva viuda, Jeanne Cuchet de 39 años, que esta vez iba acompañada de un hijo de 17 años, y se la llevó a vivir a su casa en Chantillí. De esta relación sacó 5 mil francos.
El 15 de enero se dejó de ver a la viuda y a su hijo. Los vecinos siempre decían que de esa casa constatemente salia un espeso humo negro de la chimenea. Henri utilizaba el método de quemar los cadáveres y estos fueron sus dos primeros asesinatos, pero se buscó un sitio más apartado, en Gambé, una mansión a la que llamó l'Hermitage, conocida como "la residencia del horror", donde instaló una inmensa caldera.
Su plan era sencillo. Sacaba dos billetes de tren; uno de ida y vuelta para el y otro solo de ida para la viuda. Alquiló una casa en la localidad de Gambais, a la que llamó "Ermitage". Allí las mataba con su método favorito que era el estrangulamiento y luego las quemaba en la caldera. La cifra media que conseguía era de unos 3 mil francos, y aun así nunca fue rico porque le gustaba vivir al día.
Una tras otra iban cayendo, así hasta 300 víctimas, por lo que fue apodado como "El mataviudas" o "Barba azul".
Una vez acabada la guerra, los parientes empezaron a buscar a sus desaparecidos. Henri encontró el amor verdadero, una joven de solo 19 años frente a los 50 de él. Se llamaba Fernandé Segré, una joven actriz. Por un tiempo cesaron los asesinatos, pero en abril de 1919, la hermana de Madame Buisson acudió a la policía cuando se cruzó con el "pretendiente" de su hermana desaparecida. Al cabo de algunas investigaciones, el 11 de abril de 1919 se detuvo a Henri, que estaba acompañado por Fernande Segret.
El gritaba a los cuatro vientos que era inocente, pero se encontró una agenda en la que figuraba el nombre de 238 mujeres que curiosamente habían desaparecido y habían motivos para creer que mantuvo relaciones con al menos 179 de ellas.
Solo se pudo demostrar que había actuado de forma criminal en 11 casos, por lo que fue llevado a juicio. En su residencia se encontraron en la caldera 295 huesos humanos y numerosas muestras de tejido, botones, ropa femenina, y 47 piezas dentales. Landru afirmaba que no era culpable. El 30 de Noviembre de 1921 fue condenado a la guillotina y en Febrero de 1922 fue guillotinado a los 52 años.
Tras la muerte de Landru, Fernandé Segré huyó apesadumbrada dejando la carrera de actriz, viajando al Líbano donde encontró trabajo y vivió durante muchos años como institutriz. Al cabo de unos años y tras una demanda a causa de una película francesa sobre ellos, regresó a Francia y puso una demanda de 200 mil francos de la que solo pudo cobrar 10 mil. Al poco se suicidó tirándose de lo alto de un castillo.
Cuarenta años más tarde una periodista encontró una nota en la que Landru lo reconocía todo a pesar de que juró que el no era culpable.
Tags: #Henri #Désiré #Landru
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