Pilar Prades
Pilar Prades Santamaría, nacida en 1928 en Bejís, Valencia, en una familia humilde, se traslada con 12 años a Valencia para servir.
Era analfabeta y de carácter introvertido, leal y cariñosa. Cambia varias veces de casa hasta que en 1954 entra a trabajar para el matrimonio de Enrique Vilanova y Adela Pascual, famosos charcuteros bien aposentados.
Pasaban mucho tiempo fuera de la casa y esto produjo que Pilar se fuera haciendo poco a poco con la situación. Le gustaba soñar que ella era la señora de la casa y empezó a pensar en por qué no podía hacerse dueña de todo aquello. Se dio cuenta de que tenía un obstáculo, así que se empezó a preparar un plan, y en ese plan un nombre propio "Diluvión", un botecito destinado a matar hormigas y que contenía fuertes dosis de Arsénico, por lo que se la apodó como "La envenenadora de Valencia".
El 11 de Mayo de 1955 Doña Adela empieza a sentirse terriblemente indispuesta con numerosos vómitos y flojera general. Enrique Vilanova no sabe que le ha podido pasar y llama a un médico de confianza, pero éste no sabe encontrar la causa, creyendo que es un virus o bacteria. El estado de Adela se va agravando por horas.
Mientras tanto Pilar le seguía dando "las gotitas" que el médico le ha mandado e incluso le ayudaba a comer y asearse.
Otro médico decide hospitalizarla para hacer un estudio. Pilar no podía permitirlo y en consecuéncia cargó una buena dosis de Diluvión en el café. La dosis fue tremenda y el 18 de Mayo de 1955 moría Doña Adela Pascual. Su cuerpo estaba destrozado y el diagnóstico médico fue una pancreatitis que desembocó en hemorragia.
Pilar pensaba que ya era la dueña de la casa, pero Enrique lo vendió todo y se marchó, así que tuvo que buscarse otro empleo.
Pilar desayunaba en una cafetería que solía frecuentar. Allí se encontró con una empleada llamada Aurelia Sanz, cocinera del matrimonio formado por el médico militar Manuel Berenguer y Carmen Cid. Aurelia le ofrece un puesto de empleada de hogar donde ella trabaja, a causa de una baja de su compañera. Tras la entrevista de trabajo del matrimonio Berenger-Cid es admitida.
El espíritu psicópata vuelve a aflorar en Pilar. En agosto del 1956, paseando por la playa de La Malvarrosa con su amiga Aurelia, se encuentran dos chavales que se acercan e intentan ligar con ellas. Las dos jóvenes se fijan en el mismo chico y éste solo se fijó en Aurelia, lo que enfadó mucho a Pilar. Su relación personal se deteriora por momentos, situación que no pasa desapercibida a Carmen Cid.
Al poco tiempo, Aurelia cae enferma. El doctor Berenguer se alarma e ingresa a Aurelia en el hospital, donde parece experimentar cierta mejoría, pero queda seriamente dañada. Sus piernas están dobladas y sus manos y pies retorcidas y paralizadas.
Manuel empieza a leer libros y manuales de Gregorio Marañón, llegando a la palabra "Envenenamiento". Empieza a sospechar de Pilar cuando Aurelia vuelve a casa y recae, siendo Pilar la que le administra la medicación.
Cuando su mujer presenta los mismos síntomas, consulta a otros especialistas y realizan una prueba diagnóstica para confirmar la presencia del veneno.
Sospechando de Pilar, una noche Manuel da con la clave. Se acordó en la entrevista de trabajo que Pilar le dijo que su antigua Señora había muerto después de una terrible enfermedad desconocida. Consigue localizar a Enrique Vilanova, quien le explica como había muerto su mujer y de qué síntomas. Manuel consigue una orden judicial para exhumar el cadáver de Adela Pascual. En los intestinos de Adela se encontró una dosis muy alta de arsénico.
Manuel prepara un plan. Despide a Pilar con el pretexto de que falta un reloj de oro y aprovecha para llevar muestras de orina al hospital. En el mes de febrero de 1957 Pilar Prades es acusada del envenenamiento de dos personas y de la muerte de otra.
Las pruebas se consideran circunstanciales y además se sometió a Pilar a 36 horas sin comer ni dormir, pero se halló entre sus pertenencias un frasco de un mata hormigas con base de arsénico que se sospechó fue el arma del crimen.
Entonces una imagen aterradora la hace hablar. Aurelia Sanz hace aparición en una silla de ruedas gritando "asesina, malvada". Su aspecto es deplorable. Pilar en un arrebato lo confiesa todo.
Pidieron 20 años de presidio por cada envenenamiento y la pena capital por el asesinato de Adela Pacual. El 19 de Mayo de 1959 a los 31 años era ejecutada de garrote vil, siéndole negado el indulto. Fue la última mujer ejecutada en España.
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