Harold Shipman



Harold Frederick Shipman, apodado "El doctor muerte", nació en el Condado de Bestwood, en Nottingham, Inglaterra, el 14 de enero de 1946. Era el segundo de los cuatro hijos de Harold Frederick Shipman, un conductor de camiones, y Vera Brittan.
Shipman estaba particularmente unido a su madre, que murió de cáncer de pulmón cuando tenía 17 años, lo que devino en su propio modus operandi, al ser testigo en la última etapa de su enfermedad cómo recibía morfina administrada en casa por un médico.
Se casó a finales de los 60 con su primera y única novia, Primrose May Oxtoby, con la que tuvo 4 hijos.

Shipman estudió medicina en la Escuela de Medicina de Leeds y se graduó en 1970. Pero la misma morfina que le habían puesto a su madre le trajo su primer conflicto profesional.
Tras salir de la facultad y empezar a ejercer, fue despedido del hospital en el que trabajaba por robar un compuesto de esta sustancia a la que era adicto. Pero su primer desliz sólo lo pagó con una suspensión temporal, una multa de 600 libras y obligado a asistir a una clínica de rehabilitación de drogas en York.
Trabajó en una consulta en Todmorden, en Yorkshire. Después se trasladó a Hyde donde empezó a trabajar en una clínica de Todmorden. En 1993 fundó su propia clínica en Market Street, deviniendo como un miembro respetado dentro de la comunidad.

En marzo de 1998, la Doctora Linda Reynolds interpuso demanda en el Forense del distrito de South Manchester, John Pollard, preocupada por los altos índices de mortalidad entre los pacientes de Shipman, sobre todo por el gran número de incineraciones realizadas, en su mayoría mujeres mayores. El caso fue tomado en consideración por la policía, pero que no investigó por falta de pruebas.

Entre este suceso y su detención, Shipman mató a tres personas más, la última fue Kathleen Grundy, una anciana de Hyde. La hija de Grundy, la abogada Angela Woodruff, quedó consternada cuando el abogado de su madre, Brian Burguess, le informó que la última voluntad de su madre había sido desheredarla, donando el total de su herencia, 386.000 libras esterlinas, a Harold Shipman.
Woodruff denunció el hecho a la policía, que exhumó y examinó el cadaver, encontrando niveles elevados de morfina. Con estas pruebas, Shipman fue finalmente arrestado el 7 de septiembre de 1998.

Durante 24 años ejerció su profesión, tras este suceso, la policía comenzó a examinar otras muertes certificadas por Shipman y elaboró una lista de 15 muertes sujetas a investigación. En esos 15 casos, hubo sobredosis de morfina y los certificados de defunción estaban firmados por Shipman.
Un minucioso estudio de la Universidad de Leicester, llevado a cabo por Richard Baker, reveló cómo se sirvió de la excusa de querer aliviar su dolor, y que la cifra de víctimas podría ascender a casi 300, de las que 236 corresponden a mujeres de más de 75 años, "La mitad de los 288 certificados que firmó el doctor Shipman entre 1985 y 1988 son "altamente sospechosos".

El 80% de sus pacientes fallecían sin la compañía de un familiar, el doble de lo habitual. Un altísimo número de ellos fallecía en sus hogares o en su consulta, cuando lo más corriente es que los enfermos mueran en el hospital.
Pero sobre todo, nadie sospechó del elevado consumo que el doctor Harold Shipman hacía de diamorfina, una sustancia que inyectada a altas dosis resulta mortal. Y nadie se extrañó que este doctor estuviera presente en el momento de la muerte en un porcentaje 25 veces superior al habitual.

El juicio de Shipman, cuyo juez fue Mr. Forbes, comenzó el 5 de octubre de 1999. Shipman fue procesado por las muertes de Marie West, Irene Turner, Lizzie Adams, Jean Lilley, Ivy Lomas, Jermaine Ankrah, Muriel Grimshaw, Marie Quinn, Kathleen Wagstaff, Bianka Pomfret, Naomi Nuttall, Pamela Hillier, Maureen Ward, Winifred Mellor, Joan Melia y Kathleen Grundy, ocurridas entre 1995 y 1998. Shipman negó insistentemente su culpabilidad y nunca hizo declaraciones sobre sus actos.

El jurado deliberó 6 días y Shipman fue condenado el 31 de enero de 2000 por el asesinato de 15 de sus pacientes, a los que mató con inyecciones letales de morfina. El juez lo condenó a 15 cadenas perpetuas consecutivas y recomendó que nunca fuese liberado. Dos años después, el entonces Secretario de Gobierno David Blunkett, aceptó la sentencia, justo meses antes de que el gobierno británico perdiera el poder de fijar las sentencias mínimas de los asesinos.
En la vista celebrada en febrero del 2000 en el Preston Crown Court, sólo se consiguió probar que en una sola ocasión se benefició de una de las muertes falsificando el testamento de una de sus víctimas y apropiándose así de una considerable cifra de dinero.
En febrero de 2002, Harold Shipman fue expulsado del Registro Nacional de Médicos británicos.

Shipman se ahorcó en su celda en la prisión de Wakefield a las 06:20 el 13 de enero de 2004, en vísperas de su 58 cumpleaños, y fue declarado muerto a las 08:10. Una declaración del Servicio Penitenciario indicaba que Shipman se había colgado de las barras de la ventana de su celda usando sábanas, según dicen, para asegurar la seguridad financiera de su esposa después de que le despojaron de su pensión del National Health Service.

En 2005 se divulgó que Shipman pudo haber robado joyas de sus víctimas por un valor de 10.000 libras que habían sido encontradas en su garaje en 1998, y en marzo de 2005 la policía escribió a las familias de las víctimas de Shipman para que las identificaran.


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